miércoles, 2 de junio de 2010

Y la IDENTIDAD DE GRUPO también se construye compartiendo el andar...

Cuando se trata de IDENTIDAD DE GRUPO, compartimos lo siguiente...

Colectivo de Educación Popular "Palabras en Colectivo" Villa 21 Barracas

¿Quiénes somos? Somos un grupo de educación popular que desde el 2009 está llevando adelante un trabajo de alfabetización en la villa 21 de Barracas. Nuestro trabajo está enfocado a adultos en situación de exclusión. Esta tarea la realizamos en tres comedores comunitarios del barrio, y el año pasado contamos con la participación de catorce personas que aprendieron a leer y a escribir.


Un poco de nuestra historia... Palabras en Colectivo es el resultado de la integración de dos grupos que trabajaron de manera independiente en los barrios de Parque Patricios y Barracas. En la búsqueda por ampliar el alcance de nuestro trabajo y lograr más participantes, en el verano del 2009 comenzamos juntos la tarea de relevamiento en la Villa 21 de Barracas. A fines de abril, ya teníamos grupos de participantes y facilitadores en 3 comedores: "Ayúdame a crecer", "Padre Daniel de la Sierra" y "El alfarero". Fue así que comenzamos los encuentros. Nuestro primer contacto con la alfabetización de adultos desde lo metodológico fue el "Yo, si puedo" método cubano ideado para ser aplicado internacionalmente. Las situaciones que se presentaban en los encuentros hicieron que, durante el año pasado, comenzáramos a replantearnos los temas y la forma de abordar dichos encuentros, y acordamos en la importancia de hacer hincapié en las necesidades y problemáticas del barrio y de los participantes. Fue a partir de este nuevo proceso, desde el trabajo con los participantes de los 3 comedores, atendiendo sus inquietudes, sus necesidades, sus dudas y sobre todo sus progresos en estos últimos 9 meses, que fuimos enriqueciendo primero, transformando luego, y creando finalmente el método que hoy tenemos para alfabetizar, donde la orientación filosófica es la de Paulo Freire, y nuestra fuente inspiradora los participantes. Así surgió el Colectivo de Educación Popular de la Villa 21 - "Palabras en Colectivo", con las ganas de implementar este año, este “nuevo método” para alfabetizar.

¿Por qué hacemos lo que hacemos? Hacemos esta tarea porque creemos que una sociedad más justa es posible. Somos concientes de las problemáticas que nos afectan como sociedad, y ésta es la herramienta que elegimos para contribuir a la inclusión de todos aquellos a quienes les fueron negadas las posibilidades de aprender a leer y escribir, a partir del desarrollo de una conciencia crítica, que les permita resolver las problemáticas que los afectan, organizados junto con sus familiares y/o vecinos, quienes se encuentran afectados por las mismas problemáticas. Creemos que aprender a leer y a escribir es el primer paso para alcanzar ese cambio, y nos llena de dignidad como seres humanos, pues todos tenemos el derecho de poder hacerlo.

¿Cuáles son nuestros objetivos? Con respecto al trabajo en sí, a grandes rasgos podemos definir algunos objetivos a alcanzar al finalizar el ciclo. A saber, que el participante:
• Logre expresar ideas propias.
• Gane confianza respecto a sus capacidades.
• Problematice y desnaturalice situaciones de su vida cotidiana y de su historia.
• Pueda establecer relaciones de solidaridad y unión con compañeros y vecinos.
• Continúe estudiando, ya sea insertándose en un ámbito de educación formal o en una escuela de artes y oficios o en bachilleratos populares.
• Que el participante y los vecinos del barrio se apropien del colectivo y quieran intervenir como facilitadores o ayuden en las diferentes etapas del ciclo (relevamiento, difusión, etc).

¿Qué metodología usamos? ¿En qué consisten los encuentros? En base a los textos Cómo enseñamos a leer y escribir de Hugo Salgado y La educación como práctica de la libertad y Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire, fuimos conformando una "nueva" metodología, adaptada a la realidad concreta con la que nos toca trabajar, sin dejar de lado la dimensión audiovisual y musical que nos aportó el Yo, si puedo. Todo ello nos permite trabajar de una manera integral, tomando como eje al participante y sus vivencias. El ciclo se inicia con la fase de relevamiento, que consiste en visitar casa por casa del barrio para invitar a los vecinos a participar del colectivo, ya sea como participantes o como facilitadores. De este relevamiento, identificamos a las personas interesadas y las re-visitamos con el fin de realizar un diagnóstico que nos permita conformar los grupos de acuerdo a los niveles de conocimientos que tienen los futuros participantes. Consideramos a esta etapa de diagnóstico como una etapa crucial debido a que nos permite obtener información que orientará nuestra tarea durante el año. La información que obtenemos está relacionada tanto con una dimensión material (la realidad laboral, económica, habitacional) como con una dimensión emocional (la forma de expresarse, la realidad familiar, autoestima) que sirven como punto de partida en el conocimiento de la situación de cada participante.
En relación a lo dicho, identificamos tres niveles: 
Nivel I: desconocimiento de letras (vocales y consonantes). Imposibilidad de leer y escribir.
Nivel II: conocimiento de algunas vocales y consonantes. Dificultad de leerlas. Dificultad de escribir.
Nivel III: conocimiento de letras. Lectura y escritura con dificultad en la comprensión de textos.

Objetivos generales:
Nivel I: que el participante pueda leer y escribir palabras de por lo menos dos sílabas. Que el participante pueda escribir, leer y comprender oraciones de por lo menos cuatro palabras.
Nivel II: que el participante pueda leer y escribir palabras de más de tres sílabas con diptongos y combinación de consonantes. Que el participante pueda leer, escribir y comprender párrafos de por lo menos siete oraciones. Que el participante comience a expresar ideas propias en forma escrita. Que pueda leer y escribir cualquier tipo de palabra con fluidez.
Nivel III: que el participante pueda leer y comprender los textos presentados por él mismo o el facilitador. Que sea capaz de expresar ideas propias en forma escrita.
La cuestión ortográfica sería trabajada en el tercer nivel, en el que se fomenta la redacción, siempre y cuando resulte pertinente a los intereses del participante, es decir, si éste tiene como objetivo continuar sus estudios en instituciones que exijan dicho manejo de la escritura. En los primeros dos niveles, nos enfocamos más en los aspectos fonológicos y por eso no consideramos esta instancia.
Los encuentros se desarrollan en 1 hora y media de 2 a 4 veces por semana. La duración del ciclo, del tiempo del encuentro y de la frecuencia semanal varía según las posibilidades de los participantes de asistir y de la conformación de los grupos.
En cuanto a la forma en que se desarrolla cada encuentro, éste se ordena alrededor de una palabra generadora (PG), eje crucial que prevalece en los distintos momentos del desarrollo de la tarea. A saber:
• Sensibilización, cuyo objeto es la distensión y el encuentro.
• Espacio de reflexión en torno a la PG.
• Ejercitación.
• Cierre con ejercitación para realizar fuera del espacio del encuentro. Nos parece importante, también, tener en cuenta la dimensión espacial del encuentro, es decir, no posicionarnos frente a los participantes, sino junto a ellos, sentados en la misma mesa, compartiendo mates, galletitas, etc.

¿Cuáles son las pautas que guían nuestro accionar y las actitudes en las que preferimos evitar caer? Partimos de la idea de que todos aprendemos de todos y que el saber no está personificado en nadie en particular. Se trata de un intercambio entre diferentes saberes cuya valoración social es diferente. Para nosotros, los saberes no se jerarquizan, y todos tienen igual importancia. En relación a esto, nos parece importante en la práctica, no caer en una sobre-estimación de los participantes, ya que consideramos que detrás de ésta, se esconde una sub-estimación de los mismos. El compromiso, por ejemplo, es en este sentido un motor que debemos fomentar a que esté siempre encendido, tanto en los participantes como en nosotros mismos. Somos conscientes de que hay un "nosotros" y un "ellos”, porque si bien consideramos que somos todos iguales como seres humanos, nos parece importante reconocer la desigualdad material y de oportunidades que existen entre nosotros. Creemos también fundamental no bajar línea partidaria ni "política" (aunque no ignoramos el hecho de que la elección del material no fue elegido al azar sino que responde al fin de estimular el desarrollo de la conciencia reflexiva, y que ya el hecho de alfabetizar es una tarea política), sino propiciar la construcción por parte de los participantes de un discurso propio, que responda a su realidad. Tampoco creemos que debido a esto, los facilitadores deban abstenerse de dar su propia opinión respecto a los temas debatidos en clase. Sí nos parece que el facilitador debe aclarar que su opinión es una más entre tantas y que debería manifestarla al final del debate, no a modo de cierre del tema, sino para no condicionar a los participantes. Esto abre la puerta a ejercitar la tolerancia entre todos y a propiciar el disenso y la diversidad.